Mi viaje en la Creación de Crónicas Ankhatu - Origen
1/10/20254 min leer


Escribir una novela es un viaje tan emocionante como desafiante. Al redactar estas palabras, no puedo evitar recordar los momentos que dieron forma a la creación de Crónicas Ankhatu - Origen. Es curioso pensar que, aunque la historia sería exactamente la misma si la reescribiera hoy, la forma de contarla seguramente cambiaría. Como escritor, uno evoluciona, y cada palabra escrita deja huella en nuestra forma de abordar las siguientes.
Si estás aquí, probablemente ya hayas leído la novela o tal vez sientas la curiosidad de empezar a escribir la tuya propia. Este no es un artículo pensado para dar consejos, pero quizás encuentres algo útil en mi experiencia.
Desde el principio, tuve claro como serían los ankhatu, pero a medida que avanzaba, la historia tomó un rumbo más serio del que inicialmente había planeado. Mi idea inicial era construir un inicio genérico, sin figuras marcadas, que permitiera entender el origen de los Ankhatu, esas criaturas tan particulares que habitan este mundo imaginado. Sin embargo, página a página, enfrenté a los Ankhatu a los desafíos que visualizaba en este universo, y la novela comenzó a crecer junto conmigo. Los personajes fueron surgiendo según lo que su pueblo necesitaba para salir del embrollo en el que los había metido, hasta que uno de ellos emergió como el protagonista natural.
Fue un proceso más orgánico de lo que esperaba, y me di cuenta de algo que alguna vez leí: "Escribe primero para ti mismo." Así lo hice. Construí una historia que me atrapara, con la que pudiera dejar volar mi imaginación. Al principio, mis personajes eran ideas claras pero poco profundas. Pero mientras escribía, ellos mismos tomaron vida. Comenzaron a hablar entre sí, a discutir, a buscar soluciones a problemas que ni siquiera yo sabía que tenían. Fue en esas conversaciones que encontré emociones auténticas: frustración, dudas, miedo, y también un optimismo testarudo que parecía colarse en los momentos más oscuros.
Pronto, la línea argumental se definió, y hasta un final claro se dibujó ante mí. Final que, sorprendentemente, no ha cambiado ni después de haber escrito tres novelas. Sin embargo, aunque el destino estaba marcado, los caminos que tomé para llegar a él me llevaron por senderos inesperados, y confieso que me divertí enormemente perdiéndome en ellos.
El reto de revisar y aprender a mejorar
Cuando terminé las tres primeras novelas, decidí detenerme. Era hora de mirar atrás, regresar al inicio y hacer justicia a Crónicas Ankhatu - Origen. Fue entonces cuando descubrí que mi forma de escribir había cambiado, evolucionado. Regresar a la primera novela fue como reencontrarme con una vieja versión de mí mismo.
Me enfrenté a seis, siete… hasta diez revisiones. Cada una revelaba algo nuevo: frases innecesarias, repeticiones aburridas o detalles que ahora, conociendo mejor a los personajes, podían ser mucho más ricos. La revisión fue, sin duda, lo más duro. Cada vez que creía haber terminado, encontraba algo más.
Cuando por fin pensé que estaba lista, quise contratar a un corrector profesional. Pero, siendo honesto, mi bolsillo no estaba de acuerdo. Así que me vi obligado a hacerlo yo mismo. ¿Fue frustrante? Absolutamente. Pero también fue una lección de humildad y paciencia.
Constancia: la clave para no desfallecer
Durante ese proceso de revisión, entendí que no podía trabajar siempre en lo mismo. Necesitaba respirar de Crónicas Ankhatu - Origen. Sin embargo, nunca dejé de escribir. Aproveché esos tiempos para continuar con otras novelas de la saga o experimentar con nuevas historias en tonos completamente distintos. Si algo aprendí, es que la constancia es vital. No necesitas dedicarle cinco horas diarias; a veces 30 minutos son suficientes, siempre y cuando seas constante.
Ahora, finalmente, Crónicas Ankhatu - Origen está lista para ver la luz, a la espera de los últimos detalles en la portada para la encuadernación. Este largo proceso ha sido un viaje lleno de aprendizaje, momentos de frustración y, sobre todo, de satisfacción. Escribir no es solo crear historias, sino también crecer como narrador y persona.
Si estás pensando en escribir tu propia historia, recuerda esto: no importa cuántas veces revises, ni cuántas dudas tengas. Cada palabra que pongas en la página es un paso hacia delante. Y, sobre todo, escribe algo que te haga feliz, porque al final, el primer lector de tu obra eres tú.
Tal vez algún día desmenuce cómo construí este universo. Pero hoy, prefiero dejarte con esta reflexión: la magia de escribir no está sólo en el destino, sino en el caos, la risa y las pequeñas epifanías que encuentras en el trayecto. ¿No es eso lo que hace que valga la pena? Pero por ahora, te dejo con esta reflexión: disfruta cada paso de tu propia aventura literaria, porque cada página escrita es una victoria en sí misma. ¡Sigue escribiendo!


Crónicas Ankhatu - Origen: Reflexiones sobre un viaje de escritura
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